jueves, 9 de enero de 2014

Tregua.

Otro día que me he pasado la tarde tirada en cama sin ser útil para el mundo… Pero, ¿qué puedo hacer si no hay nada que hacer? Podría haber arreglado cosas que tengo pendientes, ir a apuntarme a las clases de italiano, salir a correr… Sin embargo, mi cuerpo decide no moverse y estar en cama debajo de las sábanas un jueves relajado, sin nada importante que hacer. Así también se pierde el tiempo.

Últimamente no siento que esté haciendo cosas increíbles con mi vida. Mientras voy a clase, he enviado un par de curriculums a ver si trabajo los fines de semana y me gano unas pelas extra para mis gastos. ¿Y qué más? Quien no me conozca y me vea así creerá que no tengo planes de futuro, que soy un parásito… y eso me entristece mucho.

No soy capaz de ver la vida por el lado bueno, me cuesta. Lo intento, intento pensar que exagero mucho todo, que tengo que dejar de pensar que la gente solo quiere hacerme daño, que la vida es siempre injusta para mí. Pues no, porque tampoco soy tan importante como para que todo el mundo persiga mi infelicidad. Esas son las cosas que menos importan y a las que más les doy importancia. El qué dirán. El MALDITO qué dirán.

Pero no sé cómo diablos hacer para darme tregua a mí misma. Es muy fácil hundirme, y yo quiero dar la imagen de que eso no es así, de que soy una chica fuerte, segura de sí misma y que cree en lo que dice y en lo que hace. Pero es que últimamente, cuánto más lo pienso, más hago el idiota haciéndole caso a todo el mundo, creyéndome todas las mentiras, creyendo que soy tan inútil que debo hacer lo que dicen los demás si no dejarán de quererme…

Pienso en lo que la teoría dice: Quien te quiere, te quiere por lo que eres y listo. Quien te dice que todo lo haces mal, quien te impone sus creencias sin escuchar tus razones, te quiere para su interés, y esto es así. Hay mucha envidia en este mundo, lo sé. Pero aún no la distingo en las personas. Es un asco, y es un rollo que quizás nadie entienda.

A veces quiero mirar un poco más adelante, mi futuro, y no veo nada. Me veo quieta en mi casa, sin nada que hacer después de todo lo que he estudiado, y me da ansiedad. Pero, tócate los huevos, yo voy y no hago nada al respecto. Me canso de las cosas, me canso de luchar. Necesito obtener recompensas rápidamente y cuando no las consigo pienso que no debe ser lo mío y voy y lo dejo, así, con todo el morro. Doy asco.

No estoy para nada orgullosa conmigo misma, aunque cierta gente me diga que sí lo está de mí.  ¿Seré una jueza muy dura cuando se trata de mí misma? ¿Por qué soy capaz de perdonar a los demás y no a mí? Quizás sea eso lo que tiene que cambiar aquí. Y ahora.
No soy una mala persona, no le debo nada a nadie que no me quiera. No importa si le tengo miedo a las cosas nuevas, porque… ¿quién no le tiene miedo a lo desconocido? Por el amor de dios… Que estúpida soy. Y qué poco me quiero.

No voy a prometer que cambiaré, pero sí decir que día a día intento ser mejor. No lo consigo siempre, todos tenemos días buenos y malos, pero trataré de que sean más buenos que malos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario