martes, 14 de enero de 2014

Relax, take it easy.

Hoy ha sido un día bastante largo y ajetreado. Hoy he estado un poco distante con él, porque lo noto siempre con malhumor desde que empezamos otra vez las clases y eso me mata por dentro. Esta vez para “protegerme” he usado la distancia, un poco también para no rallarme como he hecho en vacaciones… Que me porté como una imbécil, por tener mucho tiempo libre e imaginar cosas que distan mucho de ser reales. Pero, con paciencia y cariño, esto irá pasando. Llevamos cerca de tres años, no es la primera vez que tengo que pasar por esto y sé con certeza que llega el verano y es alguien distinto, más fresco y amoroso. Sé que se desvive por mí, pero también sé que tiene un carácter un poco fuerte y es así. Así que, le daré todo el espacio que necesite, y por supuesto, mi apoyo incondicional.


Hoy en la ciudad ha llovido asquerosamente. Para mí, llover asquerosamente es esa lluvia fina que no cesa y moja más que cualquier cosa, encima, fría. Y encima esperando buses y tal. Las clases hoy se me han hecho interminables, cuando piensas que un profesor no viene pero al final sí, se te caen los esquemas de poder pirarte de allí cuanto antes, jajaja. Pero no hubo suerte.
Por cierto, ya voy mejor en el coche, ya controlo! Jajaja, pero poco a poco, no soy una corredora de F1 ni mucho menos. Solo sé que ya soy capaz de disfrutar de la conducción, y eso me motiva aún más. Me creía una chica despistada y por eso tenía un poco de miedo de mis despistes, pero voy teniendo buenos reflejos.

Aquí mismoooo!!
Un familiar con el que vivo, se ha ido de vacaciones a América Latina tres mesazos, pero lo único que hace es llamarnos por Skype cada dos por tres. A mi madre la tiene enloquecida. Por una parte, deseábamos que marchara, ya que últimamente tenía unas idas de olla campales y mi madre necesitaba descansar un poco. Pero como si no se fuera, llama casi todos los días. Si fuera yo, llamaba una vez al mes, una horita. El resto, a disfrutar como una enana, hasta volver. El día que vuelva, volví. Ya me pondré al día. Qué cojones. Con las ganas que tengo yo de desaparecer a un lugar lejano y soleado, tipo Bora Bora… Sería tan guay! Ponerme morena, dejar crecer el pelo y que se me aclare con el sol, ponerme bikinis de colores flúor, vivir prácticamente en la playa, caminar por la arena, mojar los pies en esa agua tan cristalina, tumbarme en una hamaca entre dos palmeras, tomar mojitos en cocos, no pensar en naaaaada! Y estar en su compañía. ¿No pido mucho no? Jajaja.
Estoy intentando llevarlo con calma, la verdad. Preocuparme menos por cosas banales, disfrutar del momento, aunque no me apetezca estar en ciertos lugares. Aprendí que hay cosas impredecibles y que, en vez de ponerles mala cara por haber jodido mis planes, afrontarlos de una forma más “light”.


Bueno, ese ha sido el día de hoy. Nada de otro mundo, lo mismo de siempre, si cabe. Otro día que se va.

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